lunes, 22 de febrero de 2010

La Presidenta condenó la decisión de Gran Bretaña de iniciar explotación petrolera en Malvinas y agradeció apoyo del Grupo Río









La presidenta Cristina Fernández ratificó en la sesión plenaria del Grupo de Río en Cancún, el derecho que asiste a nuestro país para reclamar la soberanía sobre las Islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, al tiempo que condenó la decisión unilateral de Gran Bretaña de iniciar tareas de explotación petrolera en el territorio usurpado.
Para la Jefa de Estado, el reclamo argentino sobre los archipiélagos del sur "no es solamente una cuestión que tenga que ver con una disputa de soberanía, sino que tiene que ver con la historia de la región y el mundo en los últimos dos siglos", como así también con "la forma en que nos vinculamos los países democráticos y civilizados".
Por eso, condenó que el Reino Unido no acate las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas que obligan a ese país a discutir la cuestión Malvinas en el marco del derecho internacional.
En ese marco, la Presidenta recordó que ya "han pasado 177 años del primer reclamo que el país hizo a la Gran Bretaña para que restituyera nuestro legítimo dominio" el territorio reclamado, y que son cuantiosas las resoluciones de organismos internacionales que dieron aval a ese reclamo. Entre ellas, destacó la Carta de San Francisco, resoluciones plenarias de las Naciones Unidas, resoluciones del Comité de Descolonización de esa entidad y de diversos foros internacionales.
Por otra parte, recordó que el episodio bélico de 1982 tuvo lugar mientras el país estaba sometido al control de una dictadura militar que, como en otros países del continente "no surgió espontáneamente" sino que contó el "el patrocinio de las grandes potencias". Cristina Fernández aseveró que "aquella decisión agónica" de una junta militar "que se veía totalmente acorralada" fue "funcional" a los intereses coloniales. Y recordó que ya desde 1965 la Argentina no logró que el gobierno del Reino Unido acepte discutir formalmente la soberanía.
También recordó que en los años 90 nuestro país adoptó una política diferente con respecto al conflicto - política con la que, reconoció, discrepaba en su momento - con el objeto de lograr un acercamiento con el gobierno británico. Con esa política de "seducción" el país logró que en septiembre de 1995 ambos países suscribieran una declaración para la explotación conjunta de los recursos naturales no renovables en el archipiélago, pero a los pocos días de suscripta fue violada por Gran Bretaña al interpretar unilateralmente los límites de la zona de explotación conjunta.
"Siguieron las reuniones conjuntas, ocho en total, la última en el año 2000, sin que en ningún momento pudiéramos lograr ninguna actitud de discusión, tal como marca las Naciones Unidas", señaló la Mandataria, por lo cual, en el 2007 se dio terminado este ejercicio "por el evidente incumplimiento" por parte del Reino Unido.
Hoy, continuó la Presidenta, "se ha instalado una plataforma en clara violación a las resoluciones de Naciones Unidas". Y sostuvo que ese hecho "nos plantea como región la posibilidad cierta y concreta de que esto puede ser utilizado como ejemplo de un Siglo XXI donde la disputa de los recursos naturales va a ser el centro del gran escenario internacional".
Por otra parte, denunció que desde el gobierno de Gran Bretaña "se agitó la eventual amenaza bélica" que representa el legítimo reclamos de nuestro país. "Es un ejercicio de cinismo porque pocos países como el nuestro, desde el advenimiento de la democracia, han dado más testimonio de tener tan profundas creencias pacíficas", sentenció Cristina Fernández.
"No estamos en Afganistán, no estamos en Irak, nos oponemos a cualquier tipo de ocupación y de violación del derecho internacional", dijo la Presidenta, al tiempo que sostuvo que la proliferación de esos conflictos y la intervención en ellos de las grandes potencias son "una de la claves de un mundo cada vez más peligroso, cada vez más fragmentado".
"Agradezco el apoyo que hemos recibido de este foro en cuanto a nuestros derechos legítimos sobre Malvinas, pero la cuestión Malvinas puede verse como un claro ejemplo en lo que sucede en materia de derecho internacional", señaló la Jefa de Estado argentina. E inmediatamente sostuvo que "los que tienen un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pueden violar sistemáticamente las resoluciones de ese organismo y el resto de los países se ven obligados a cumplirlas bajo pena de ser considerados un país enemigo, intervenido bélicamente o intervenidos políticamente sus gobiernos".
Para la Presidenta, "la política internacional sigue siendo, no una cuestión de derecho, no una cuestión de respeto a las normas establecidas, sino solo y simplemente una relación de fuerzas" porque "los que tienen más poder y puede imponer sus decisiones sobre el conjunto siguen utilizando ese lugar de privilegio para imponer su criterio". "La práctica concreta sigue siendo la violación sistemática de ese derecho internacional", expresó.
Finalmente, aseguró que "la Argentina va a persistir con vocación democrática y de pleno respeto al derecho internacional en su reclamo, y adoptará en el marco de su derecho internacional todas las resoluciones que tiendan a reafirmar nuestra soberanía sobre el Archipiélago del Sur", y agradeció el apoyo dado por el Grupo Río al reclamo argentino.

"La defensa de Las Malvinas no es un capricho, sino un imperativo de nuestra Constitución", concluyó.

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