viernes, 28 de mayo de 2010

La jefa de Estado expuso en la sesión plenaria del III Foro de la Alianza de Civilizaciones, en Brasil






La presidenta Cristina Fernández arribó al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, donde participa en el III Foro de la Alianza de Civilizaciones, un programa de la ONU. Allí, señaló que " Integración y convivencia son dos instrumentos básicos, junto con la educación, la mejor calidad de vida y la justicia internacional", en su exposición en la sesión plenaria.
Cristina Fernández participa del tercer foro anual de la "Alianza de Civilizaciones", un programa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que tiene como objetivo favorecer "el encuentro entre mundo occidental y el mundo árabe y musulmán".
Bajo el lema "Uniendo Culturas, Construyendo la Paz" diez jefes de Estado, 119 miembros de la Alianza de las Civilizaciones, 99 Estados y 20 organizaciones debaten las nuevas medidas que llevará adelante el programa.

Cristina Fernández, a cargo de la presidencia pro témpore del Mercosur, comparte el encuentro con el presidente anfitrión, y los primeros mandatarios de Cabo Verde, Senegal, Turquía, Bolivia y Eslovenia.

En la primera jornada de la reunión, hablaron el presidente de Brasil, Lula Da Silva; Ban Ki Moon; el primer ministro de Turquía, Tayyip Erdogan y el representante para la Alianza de Civilizaciones de la ONU, Jorge Sampaio.

Luego, se realizó la sesión plenaria sobre "la diversidad cultural como camino hacia la paz", donde expuso la presidenta Cristina Fernández. En su discurso, comenzó por "agradecer la hospitalidad del presidente de Brasil" y aseguró que "desde Argentina adherimos fervorosamente cuando se lanzó la Alianza de Civilizaciones".

También, indicó que "el objetivo es la construcción de un mundo diferente, donde las diferencias étnicas o religiosas no constituyan vallas para el desarrollo de las sociedades".

Cristina Fernández afirmó que pertenece "a un país conformado por corrientes migratorias de origen europeo, pero también de otros continentes y tenemos las quinta comunidad judía a nivel internacional". "El grado de convivencia no sólo es producto de la tolerancia sino de la integración y la asimilación sin perder las identidades y las historias", enfatizó la Presidenta.

En ese marco, la Presidenta aseguró que Argentina "es una sociedad con una diversidad y pluralidad pocas veces vista" y mencionó como ejemplo la participación de católicos, judíos, musulmanes, ortodoxos, evangelistas y protestantes en el Tedeum del 25 de Mayo, con motivo del bicentenario del nacimiento de la Patria.

En su discurso, la mandataria incluso recordó que esta diversidad y pluralidad fue puesta a prueba en 1992 y 1994, con los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, que "en cualquier otro país podría haber desatado rupturas y divisiones y, sin embargo, reforzaron los lazos de integración" entre las diferentes comunidades religiosas.

En ese sentido, la mandataria señaló a la "educación" como un "sector clave" para la integración de las sociedades por entender que "la escuela, el colegio, iguala a todos", más allá de las nacionalidades y las religiones.

"La madre de todos los prejuicios es la falta de educación, la falta de formación. Por eso, es muy importante el instrumento de la escuela, de la educación, de los medios de comunicación, que desempeñan un papel fundamental en el desempeño de la integración, no sólo en las comunidades nacionales sino a nivel global", remarcó la jefa de Estado.

Además, Cristina Fernández afirmó que "la construcción de la paz" está vinculada con "anhelos aún irresueltos", como el "reconocimiento internacional al Estado Palestino y el derecho de Israel a vivir en fronteras internacionales reconocidas".

"Son elementos que contribuirían a esta alianza de civilizaciones, a un mundo de paz y a restar argumentos a quienes utilizan el terrorismo como una suerte de identidad religiosa que nada tiene que ver con las religiones, sino con un carácter político", expresó la Presidenta.

En ese sentido, afirmó que "para lograr una construcción y avance en serio tenemos que desterrar la intolerancia, los prejuicios, pero haciéndolo en el ejercicio efectivo de nuestras comunidades".

Además, agregó que "El tema político ligado a la redistribución de la riqueza, el acceso a la educación, la salud son cosas que no deberíamos estar discutiendo en este siglo y lo seguimos enunciando en cada encuentro y cuando vemos la cifras cada vez hay situaciones que se agravan", señaló la Presidenta.

En otro tramo de su discurso, aseguró que "integración" y "convivencia" son los dos instrumentos básicos para que la gente pueda vivir sin ser "discriminada" por "cómo se viste" o por "el Dios al que le reza".

"Integración y convivencia son dos instrumentos básicos, junto con la educación, la mejor calidad de vida y la justicia internacional", dijo la mandataria, que destacó el hecho de que "cada uno pueda vivir como quiera, vestir como quiera y rezar al Dios que quiera, sin ser discriminados".

Cristina Fernández señaló, también, que "la región tiene el orgullo de vivir sin conflictos étnicos y religiosos", y citó como ejemplo al presidente de Bolivia, Evo Morales, que proviene de pueblos previos a la colonización.

La mandataria defendió la "preservación de los derechos humanos" representados en la "integridad física y psíquica de las personas como un valor universal respetado por los pueblos". Y planteó "interpelarnos desde Occidente para que se respeten las formas organizativas que cada organización o cultura se da a sí misma".
Más tarde , la Presidente asistirá al almuerzo brindado en honor a los mandatarios participantes del encuentro, y a las 16 se dirigirá hacia el aeropuerto de El Galeao, desde donde emprenderá el regreso a Buenos Aires.
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se bajó a último momento de la reunión debido a que decidió quedarse en su país para presenciar la votación en el parlamento de la reforma laboral que impulsa.
Precisamente, Rodríguez Zapatero fue uno de los impulsores de ese espacio en septiembre de 2004, frente a la Asamblea General de la ONU, año en que la capital de España, Madrid, había sufrido el atentado terrorista en la estación central de trenes de Atocha.
Desde allí se impulsó ante Naciones Unidas "una Alianza de Civilizaciones entre el mundo occidental y el mundo árabe y musulmán", y al año siguiente, en 2005, el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lo convirtió en un proyecto y creó un Grupo de Alto Nivel para su desarrollo y estudio.
En el proyecto de creación aseguran que se busca "invocar la capacidad humana de resolver los problemas a través de la palabra y hacer del siglo XXI un siglo de justicia, paz y prosperidad". La iniciativa tuvo desde un primer momento el apoyo de la República Argentina.
En 2005, el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, lo convirtió en un proyecto y creó un Grupo de Alto Nivel para su desarrollo y estudio.
Su sucesor en la dirección de la ONU, Ban Ki Moon, nombró como alto representante del programa al ex presidente de Portugal, Jorge Sampaio, que será uno de los responsables de abrir la sesión central del Foro en Brasil.
En la actualidad la "Alianza de Civilizaciones" tiene a 120 Estados en su "grupo de amigos", además de diversas organizaciones internacionales, y se presenta como un programa de "diplomacia preventiva que trabaja para disminuir las tensiones y tender puentes ante las diferencias de índole cultural" desde las Naciones Unidas.
La idea central del Foro que se realizará en Brasil será tornar más global la iniciativa, mejorar la comprensión y la cooperación entre naciones con distintas culturas y religiones.
Este será el primer foro realizado fuera de la región euro-mediterránea, ya que los dos primeros fueron, respectivamente, en Madrid y Estambul. De ahí su importancia para la región latinoamericana como oportunidad de formar parte de esta iniciativa de una manera concreta.

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