martes, 17 de junio de 2014

La Presidenta aseguró que “Argentina va a respetar su deuda”, pero remarcó que “no aceptará ninguna extorsión”






La presidenta Cristina Fernández dirigió esta noche un mensaje por cadena nacional, en el que se refirió a la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de no aceptar la apelación argentina del fallo del juez Griesa sobre reclamos de fondos buitres. La Jefa de Estado sostuvo que el fallo busca consolidar “una forma de dominación global financiera”. Recordó la historia de cómo se contrajo la deuda en default y cómo se reestructuró a partir de 2003. Y enfatizó que Argentina va a honrar sus obligaciones con el 92% que acordó ingresar a la reestructuración de la deuda.
La Presidenta de la Nación aseguró que el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, que deja vigente el fallo del juez Thomas Griesa en el reclamo de fondos buitre, es “contrario no solamente a los intereses de la República Argentina, sino al 92 % de los acreedores”. Indicó que también va en contra del “sistema financiero y económico global”. En ese sentido, destacó el apoyo que la postura argentina recibió de “Francia, México, Brasil, incluso parlamentarios británicos”.
La Jefa de Estado rememoró que “la deuda externa comenzó a crecer exponencialmente desde la dictadura militar de 1976”, al tiempo que consideró que “constituyó el cepo más extraordinario al desarrollo de Argentina”. Sostuvo que la deuda “creció en los años 80, en los 90, durante el régimen de la convertibilidad, con la ficción de que un peso valía 1 dólar”.
Indicó que tras la convertibilidad “se dan dos formidables operaciones financieras, que algunos las llaman la mayor estafa financiera de la historia: el blindaje y el megacanje”. Comentó que “el blindaje era un pasamanos: 40 mil millones de dólares, que el FMI le prestaba al país, entraba en los asientos contables, pero enseguida salía para pagar las deudas que se habían contraído”.
La Primera Mandataria relató que al no funcionar el blindaje, sobrevino el megacanje, quien tuvo como “autor intelectual” al ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, David Mulford, “que le propuso al presidente canjear 46 bonos de deuda, por cinco bonos de deuda”. Señaló que “de la operación, de la que generaron 7 bancos y las AFJP, generó comisiones por 150 millones de dólares, de los cuales 20 millones fueron a parar a manos de David Mulford”. Y agregó que “los bancos que habían intervenido y las AFJP, “pusieron” 27 mil millones de dólares, pero eran solo 7 mil, porque 20 mil ya los tenían en sus carteras”.
Relató que la operación “generó una causa penal que prescribió”, ya que “el paso del tiempo y la inacción de jueces y camaristas llevó a que David Mulford, al que no se pudo interrogar, fuera sobreseído, y también otras personas que intervinieron en esa operación”. Opinó que “es curiosa la velocidad de algunos jueces, algunos fiscales, en algunas causas mediáticas y políticas”.
Reestructuración de la deuda en default
Cristina Fernández afirmó que a partir de estas operaciones, “la deuda argentina rondaba el 160% del producto bruto. La desocupación había llegado a casi 25%, la pobreza al 50%”. En ese contexto, “se dispara el default, es el default de deuda soberana más grande de la historia. Es deuda contraída durante la dictadura, la democracia, convertibilidad, blindaje y megacanje”.
Rememoró que en 2003 “asume el presidente Néstor Kirchner, quien se aboca a la tarea de renegociar la deuda de los argentinos porque sabíamos que era un tema insalvable”. Indicó que “culmina una primera parte en 2005 con una adhesión de casi el 76 por ciento de los acreedores”, bajo la premisa: “Permítannos crecer, para después pagar, porque los muertos no pagan”.
La Presidenta sostuvo que a partir de la reestructuración “la Argentina deja la bicicleta financiera y comienza a pagar su deuda con recursos genuinos”. Enfatizó que “fue un pago de deuda con crecimiento e inclusión social”.
Señaló que durante su propio gobierno, en 2010, “se produce el segundo canje de bonos, llegando al 92% de adhesión”. Indicó que “en la mayoría de los países, cuando hay una quiebra de una empresa, basta con que el 66% de los acreedores esté de acuerdo, para que esa quiebra sea levantada”. Pero lamentó que “carecemos a nivel internacional de una norma global en términos de países que quiebren”. Agregó que durante ese lapso, “también se paga al Fondo Monetario la deuda con recursos propios”, por lo cual “por primera vez el FMI deja de conducir la política económica de los argentinos”.
Las demandas de los fondos buitre
La Jefa de Estado explicó que los que establecieron demandas fueron “una parte de quienes tenían estos bonos, que compró bonos después de que Argentina defaulteó”. Sostuvo que los bonos de países en default “son bonos basura, porque no valen nada en el mercado. ¿Quien va a comprar bonos de deuda de un país que ha defaulteado? Solamente alguien que especula y tiene todo el tiempo del mundo para esperar a que ese país se recupere y caer sobre ese país”.
En ese sentido, indicó que el fondo NML adquirió los bonos en 2008 por 48,7 millones de dólares. Sostuvo que “ganó el 1608 por ciento en dólares”. Explicó que “el reclamo es de 428 millones de dólares, y lo que el juez Griesa obliga a pagar son 1500 millones de dólares”, los cuales se deben pagar “todos juntos, sin plazo, frente al 92% de los otros bonistas, que aceptaron quitas, plazos, espera y a quienes les hemos pagado regularmente”.
La Primera Mandataria indicó que que si bien este fondo “representa el 1% de los bonos” que no ingresaron en la reestructuración, “hay otro 7% que estarían en condiciones de cobrarle a la Argentina 15 mil millones de dólares”. “Es imposible que un país destine más del 50% de las reservas de su Banco Central a pagarle a los acreedores”, consideró.
Sostuvo que ello se agrava, “con el riesgo de que el otro 92% encuentre otro juez, que diga ´ustedes también tienen derecho a reclamar´”, con lo cual se arribaría a “la posibilidad de que sea exigida el total de la deuda argentina y que la reestructuración acordada en 2005 y 2010, se caiga como un castillo de naipes”.
Argentina honrará sus obligaciones
La Presidenta de la Nación sostuvo que “la voluntad de pago de Argentina ha quedado más que probada: hemos pagado el acuerdo de 2005, el de 2010, hemos llegado a un acuerdo con Repsol, que retiró su demanda del CIADI”. Resaltó que se ha “cerrado un acuerdo por la deuda del Club de París, que se retrotrae a 1956, que ocho gobiernos anteriores habían tratado de acordar, y no lo habían podido hacer”.
Subrayó que “Argentina ha demostrado una evidente voluntad de negociar”, pero enfatizó que “hay que distinguir lo que es una negociación, de lo que es una extorsión”. “Todo gobernante, todo país, todo dirigente, tiene que estar dispuesto a negociar. Lo que no tiene que estar dispuesto ningún gobernante es a someter a su país, a su pueblo, a una extorsión”, remarcó.
Dirigiéndose al pueblo argentino y al 92% de los acreedores que acordaron reestructurar sus bonos, la Jefa de Estado expresó: “Quiero decirles que Argentina va a respetar su deuda”. “Estamos dispuestos a que ingrese el 100%, porque la voluntad de Argentina es pagar. Hemos sido el único gobierno que no ha recurrido a la bicicleta financiera, que no ha recurrido al mercado de capitales para pagar sus obligaciones. El único gobierno que ha cerrado un acuerdo con el Club de Paris”, sostuvo. Pero completó: “Lo que no tiene es el por qué ser sometida a semejante extorsión”.
La Primera Mandataria afirmó que instruyó a sus funcionarios para “que todo aquel que ha confiado en Argentina, pueda cobrar su dinero. Pero lo vamos a hacer con responsabilidad”.
Consecuencias del fallo
Lunes, 16 de Junio de 2014
Cristina Fernández aseguró: “El fallo no me sorprendió, yo esperaba este fallo”. “Esto no es un problema económico, jurídico, ni legal, es la convalidación de un modelo de negocios a escala global, que si se sigue consolidando, va a generar tragedias de dimensiones”, estimó.
Sostuvo que con el fallo “se está consolidando una forma de dominación global financiero. Basta que haya gobiernos dispuestos a hacer megacanjes, blindajes, para que este modelo siga prosperando basado en el hambre y la desocupación de millones”.
“No estoy enojada, estoy muy preocupada. La vida no empieza cuando uno llega al gobierno o cuando uno se va”, enfatizó. Asimismo, consideró que “es obligación de todos los que tenemos responsabilidad de gobierno hacernos cargo de nuestras obligaciones. Entre nuestras obligaciones está pagar nuestras deudas; pero también está no aceptar ser sometidos a semejante extorsión”.
“Espero que todos reflexionen y que podamos honrar no solo al 92% como lo vamos a hacer, sino al 100%”, concluyó la Presidenta.

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