miércoles, 11 de febrero de 2015

Cristina contó la historia de un joven que se ganó un 0km con la SUBE

Ayer, por fin, pude volver al despacho de la Casa Rosada luego de la fractura de tobillo. Como siempre trabajo y más trabajo… Reuniones, decisiones, firmas, etc. Pero lo mejor llegó al final de la jornada, entrada la noche, cuando Randazzo subió a mi despacho en compañía de Diego Ramón Cuenca, el ganador de este mes de la SUBE. Ya sabés, todos los meses se sortea un auto 0 KM entre los pasajeros del Sistema Ferroviario Metropolitano. Y esta vez le tocó a Diego. Tiene 28 años y trabaja en una fábrica de helados. Hacía 3 años que ahorraba para comprarse un auto usado. Estudia Profesorado de Historia en el IES N°1 (Alicia Moreau de Justo). Nos contó que de chico iba a la escuela secundaria en bici porque no tenía para pagar el boleto del micro. El 18 de enero iba en el tren 0 KM a Tigre (Línea Mitre) a tomar una clase de kayak. Ni bien se subió al tren le avisaron que la clase se suspendía… Si le hubiesen avisado 10 minutos antes no tomaba el tren, y hoy no se hubiera ganado el 0 KM. Dice que tiene la SUBE desde el 2012 y enseguida la registró en internet. Conserva la misma tarjeta. La cuida como si fuera oro, porque dice que es su herramienta de viaje. Pero Diego no vino solo, lo acompañó toda su familia: sus padres y sus 4 hermanos. El papá, Teófilo, trabajó desde los 18 años de albañil. Está jubilado desde el 2009, cuando se les permitió a los trabajadores de la construcción jubilarse a los 55 años. Le dicen ampliación de derechos, ¿viste? La mamá, Gladys, como lo hizo toda su vida, trabaja en casas de familia. Hoy cuida a una señora de 94 años y dice que las condiciones de su empleo cambiaron mucho a partir de las decisiones que ha tomado este gobierno. Está en blanco, tiene obra social… ¿Sabés qué me dijo? Que ganó dignidad. Muy fuerte. Me contó su historia de familia, dura. Ella es madre de 7 hijos. Perdió uno de 35 años que murió en 2009 del corazón. Lo había criado como madre soltera mientras trabajaba como empleada cama adentro. Después perdió otro hijo de 15 años en el 2012. Se tiró abajo del tren. Dice que las vueltas de la vida hacen que hoy sienta alegría porque el tren le dio una enorme satisfacción a otro de sus hijos. Diego, el que ahorraba para comprarse el auto usado y se ganó un 0 KM. Se le caían las lágrimas, en donde creo que se mezclaban de todo un poco. Alegría, recuerdos, la vida. Vino también Belén, hermana de Diego, que es docente y trabaja en la villa 1-11-14. Enseña en 3er grado. ¿Sabés qué me dijo Belén? Que cuando ella iba al colegio iba con unas zapatillas que decían Ruckauf, y ahora ve que los chicos van al colegio con las zapas que le compran los papás con la AUH. Me dejó muda, mirá que es difícil… Con tres frases y sin ningún discurso, me mostró el cambio de Argentina. La otra hermana, Ayelén, estudia medicina en la UBA. Puede hacerlo porque está becada por el Estado. Ya está en 2° año. El otro hermano, Mauro, trabaja en una fábrica textil. Toca el bajo y estudia música en el Conservatorio de Avellaneda. Tiene una banda de música. El hermano más chico, que también vino, se llama Marcos, y está en el último año de la secundaria. Dicen que lo tienen cortito para que termine sus estudios. Tiene una compu del Plan Conectar Igualdad. Yo no te puedo explicar la alegría de esa familia. El optimismo. Transmitían una fuerza de voluntad, una felicidad y una armonía muy grande. Diego contaba que su papá había construido un garaje para su futuro auto usado. El que pensaba comprar con los ahorros. Ahora, en el garaje va a estar el 0 KM y los ahorros los va a usar para arreglos en la casa… Nos sacamos todos juntos una foto. Si me ves medio rara, es porque estoy sin pintura y con el pelo recogido. Cuando se fueron y me puse a pensar en cada uno de ellos: Teófilo, albañil jubilado a los 55 años. Gladys, empleada en casa de familia con sus nuevos derechos y dignidad… En Diego, estudiante de historia y trabajador. En Mauro, obrero textil y estudiante de música. En Belén con su profesorado docente enseñando en la villa… En Ayelén, estudiante de 2° año de medicina en la UBA, becada por el Estado. En Marcos, terminando la secundaria y con su compu de Conectar Igualdad. Todos viajando en trenes nuevos. Todos viviendo en una Argentina nueva, mejor. Aunque todavía nos falten cosas por hacer. Por que como siempre digo: Mientras haya un solo pobre en la Patria, nadie puede bajar los brazos. Porque ya sabés, la Patria siempre es el Otro.

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