martes, 9 de diciembre de 2014

“En América del Sur el ordenamiento político, económico y social lo decidimos aquí y por mandato de nuestros pueblos”, destacó la Presidenta

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner asistió junto a los demás presidentes de la Unasur de la inauguración del monumental edificio que albergará la Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas, que llevará el nombre del primer secretario general del organismo regional, Néstor Kirchner. La presidenta Cristina Fernández reconoció que tiene “sentimientos encontrados” al inaugurar el “magnífico edificio” que es la flamante sede de la secretaría general de la Unasur, bautizada “Néstor Kirchner”, en Quito, Ecuador. “Se entremezclan en mí profundas convicciones políticas, pero también recuerdos históricos e imborrables y fuertes emociones personales”, remarcó. Agradeció a su par de Ecuador, Rafael Correa “por darle a la UNASUR este lugar emblemático en el centro del mundo”. La Jefa de Estado afirmó que “antes de pegar ladrillo contra ladrillo, hubo otra construcción previa: la construcción de hombres y mujeres que decidieron comenzar un tipo de construcción diferente a las distintas organizaciones multilaterales” que existían hasta entonces. “Era una construcción que no tenía los protocolos, ni las ceremonias, ni las palabras vacías”, afirmó, al tiempo que consideró que “fue una construcción día a día, año a año, golpe a golpe”. Sostuvo que “este edificio reconoce construcciones previas como la que llevamos a cabo en La Moneda, cuando nos reunimos los mandatarios de unasur para parar el golpe contra Evo Morales en Bolivia”. También recordó que “en Buenos Aires nos convocamos para defender el gobierno de Rafael Correa, que quería ser derrocado por un golpe suave”. “Esta construcción tiene finalmente su coronación cuando esos dos grandes hombres que fueron Hugo Chávez y Néstor Kirchner, pudieron junto a otro gran presidente como Juan Manuel Santos construir la paz definitiva entre Colombia y Venezuela”, afirmó. Y remarcó que los fundamentos de la unidad “son sólidos porque están construido desde la historia, desde las convicciones de paz, de unidad. Hemos podido superar difíciles momentos gracias a la unidad”. Asimismo, sostuvo, también en referencia al nuevo edificio, que su destino es “no es para el secretario general de Unasur ni para ninguno de los presidentes que estamos aquí ni para los que nos sucederán”. “Tiene como destinatarios a los jóvenes de la Unasur, a esos miles y miles de jóvenes que se han comenzado a incorporar en la actividad política, como lo hicimos mi compañero y yo en época de dictadura”, resaltó. “Hoy tal vez parezca normal decir lo que a uno le parezca, pero esto no era así en décadas pasadas, no se podía expresar lo que se pensaba”, recordó Cristina Fernández, para agregar en seguida que incluso partidos políticos, como el Justicialismo, “permanecieron proscriptos por años”. “Miles de americanos del sur desaparecieron en las mazmorras de la dictadura, desaparecieron para siempre”, lamentó. “Es en memoria de todos ellos que estas generaciones que se incorporan a la política lo hacen desde la democracia y la paz como valores fundantes”, completó. Además, la Mandataria consideró que nuestra América aún está inmersa en una “segunda batalla” por la Independencia en el Siglo XXI. “Es la batalla de la independencia económica y de la reconstrucción cultural de nuestras naciones”, subrayó. Por eso, agradeció “profundamente” la decisión de bautizar al edificio sede de Unasur “con el nombre de quien fuera y será siempre mi compañero, el presidente Néstor Kirchner”. Luego, elogió la obra escultórica que lo representa en la entrada del edificio. “Esa imagen suya, con el saco desabrochado al viento, la corbata, casi desaliñando, y con sus mocasines… acá, en el centro del mundo…”. “Qué paradoja” - agregó- “a él no le gustaba estar en el medio en política, porque decía que solo los tibios estaban en el medio… Bueno, ha terminado en el centro del mundo”, expresó. En ese marco, destacó las “profundas convicciones” del ex presidente argentino, de quién dijo que “tuvo tal vez su acto más emblemático en la ciudad de Mar del Plata en 2005, junto a Hugo Chávez y Lula da Silva, cuando decidimos que en la América del Sur el ordenamiento político, económico y social lo decidimos aquí, y por mandato de nuestros pueblos”. “Tal vez sea una de esas cosas que no nos perdonan”, señaló, para agregar que en realidad “son nuestros pueblos lo que nos van a recordar si es que merecemos estar en su recuerdo”. Por último, la Presidenta agradeció “a todo el pueblo de Ecuador, al maravilloso pueblo quiteño, este homenaje a mi compañero y a los miles de americanos del sur que, como él, dieron su vida por una patria mejor”. Señaló que ellos dieron su vida “para que la democracia fuera también igualdad”, al tiempo que consideró que “nada vale la democracia si no lo hacemos con las convicciones de mejorar la calidad de vida de los pueblos”. Y volvió a insistir en la necesidad de “que la igualdad no sea una palabra que se cante en los himnos, sino una realidad que vivan cotidianamente los pueblos en lo económico, en lo político, en lo social y lo cultural”. Al comienzo de la ceremonia de inauguración, los mandatarios se alinearon en la plataforma exterior del edificio "Néstor Kirchner", donde trabajadores, niños e inmigrantes, estuvieron a cargo del tradicional corte de cintas, con los colores de la bandera ecuatoriana. A continuación, los mismos obreros cortaron trozos de la cinta y los entregaron porciones de ella a Cristina Fernández y a los presidentes Rafael Correa, de Ecuador; Dilma Rousseff, de Brasil; Juan Manuel Santos, de Colombia; Horacio Cartés, de Paraguay; Evo Morales, de Bolivia; Nicolás Maduro, de Venezuela; Sam Hinds, de Guyana; el canciller del Uruguay, Luis Almagro y el presidene de Surinam, Desi Bouterse, además del secretario general de la Unasur, Ernesto Samper Pizano; el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, y otras autoridades. Seguidamente, el coro de Los Niños Cantores del Pueblo entonaron la canción "Cómo será la Patria". Luego, niños llevaron grandes globos blancos que hicieron firmar a cada presidente para lanzarlos al aire como símbolo de unión de todas las naciones del sur y el nombre de cada uno de los países miembros. Durante el acto, además de la Presidenta argentina también hicieron uso de la palabra el alcalde de la Ciudad de Quito, Mauricio Rodas, el Secretario General de UNASUR, Ernesto Samper y el mandatario de Ecuador, Rafael Correa.

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